Desde que empecé a trabajar allá por el año 2005 he tenido la suerte de formar parte de diversas empresas de tamaño medio, y digo «suerte» porque, a pesar de algunas experiencias que he vivido y que me han hecho perder dignidad, dinero y paciencia, siempre me han aportado un aprendizaje muy valioso cada una de ellas.
Aún hoy, observo y estudio a cada una de las personas con las que he trabajo, tomando de ellas lo mejor para formarme a mí mismo con un perfil diferenciador, atractivo y por tanto vendible como producto.
Me sorprende y abruma hacer un recuento y darme cuenta del número tan elevado de personas que he conocido que alcanzan puestos intermedios/altos en la empresa por habilidades perjudiciales para la propia empresa. Y este post no está dirigido a ellos, sino a los empresarios: Señores, no basta con delegar y pedir números.
Me da risa e impotencia, al mismo tiempo, ver la ingente cantidad de cualificaciones, aptitudes y experiencia requeridas a los candidatos a puestos de sueldos mileuristas y contratos de auxiliar administrativo (sea cual sea su función y formación), y después alzar la vista y encontrar encargados y jefes de departamento anclados a su puesto a fuego y que hace mucho tiempo que perdieron su capacidad de adaptación, organización e innovación.
Pero no todo está perdido, de hecho el mundo de empresarial está cambiando junto con la revolución de la comunicación y de la tecnología. Se está horneando toda una saga de nuevos empresarios (no necesariamente jóvenes), personas que saben que otra forma de trabajar es posible y lo vamos a demostrar.
@Jitanuss